Anticipo que esta entrada va a provocar cierta polémica. Me imagino a mis lectores españoles diciendo “¿Cómo? Usa calçots y ya está… y esa salsa no es así”. Pues, esta entrada no es para vosotros, los privilegiados que conocen y aman la tradición anual de la calçotada.
Esta entrada es para los muy pocos que tuvieron la suerte de viajar a Barcelona al tiempo justo para disfrutar de estas dulces, tiernas cebollitas ahumadas y entonces tuvieron que volver a sus tristes existencias libres de cebollas tiernas en cualquier país del que son oriundos. Lágrimas y violines.
¡Nunca más! Tengo la solución: ¡puerros! ¡Yay!
Permítame retroceder y explicar un poco acerca de la calcotada con salsa romesco para los no iniciados. Los calçots son un tipo de cebolla, más grande que una cebolleta pero más pequeño que un puerro, cuya temporada suele ser a finales de invierno. Se ponen en la barbacoa hasta que estén carbonizados y luego envueltos en papel de diario para seguir cocinándolos al vapor y enfriarse. Entonces, retiras la piel quemada con un movimiento ágil y los mojas en una salsa especial.
Básicamente, te ensucias mucho. Tus manos se ponen negras por el carbón y la salsa se te escapa por el mentón. Pero es una buena excusa para juntarse con amigos y emborracharse (como si necesitáramos otra excusa).
Aquí hay una foto malísima de una calçotada verdadera de nuestro viaje a La Rioja el año pasado:
Aunque los calçots no están disponibles en otros países o en el verano, resulta que los puerros son un buen sustituto y que se pueden hornear para conseguir básicamente el mismo sabor que un calçot asado.
Cuando probé los calçots por primera vez pensé que estaban ricos, pero que en realidad era la salsa la que era realmente interesante. Así que, ¿qué pasa con la salsa? Genéricamente es conocida como romesco pero tal y como me informó mi marido catalán (repetida y pesadamente), no es exactamente lo mismo que la salsa calçots. Pero según mis investigaciones, salsa romesco y salsa calçots tienen los mismos ingredientes.
La diferencia sería que la salsa calçots es menos espesa para poder mojar con más facilidad. La salsa que presento aquí es un romesco básico que puedes ajustar a la consistencia que quieras con más o menos aceite.
Aparentemente mi marido no puso caras raras al probar el romesco, de hecho lo pillé en la cocina in fraganti con una cuchara rebañando el bol sin pana ni nada mientras yo sacaba estas fotos en el salón. También admitió que usar puerros no resultó ser un sacrilegio total, así que gente española: ¡no lo rechaces si aún no lo has probado!
Faux Calçotada con Salsa Romesco
Ingredientes
- 6 - 8 puerros
- 2 tomates grandes
- Media cabeza de ajo más un diente
- ½ cucharadita de sal
- 80 ml aceite de oliva más 2 cucharadas para los tomates
- 1 rebanada de pan del día anterior
- 2 cucharadas de vinagre de jerez o vinagre de vino tinto
- 1 ñora seca se puede substituir por un chili poblano o cualquier chili no picante
- 35 gramos de almendras peladas
- 35 gramos de avellanas
Instrucciones
- Precalentar el horno a 175°C. Hacer una cruz con el cuchillo en la parte inferior de los tomates y colocarlos junto con la media cabeza de ajo en un recipiente apto para el horno. Salpicar todo con 2 cucharadas de aceite y hornear de 60 a 90 minutos hasta que la piel se empiece a carbonizar pero no a quemar totalmente. Sacar del horno y dejar enfriar.
- Mientras que los tomates se asan, rehidratar la ñora o el chili en agua caliente. Una vez que esté blando, usar un cuchillo o cuchara para sacar la pulpa y descartar la piel y semillas.
- Tostar las almendras y avellanas en una sartén a fuego medio.
- Cortar la mayoría de las hojas de los puerros y meterlos en el horno para asar. Quieres que estén totalmente negros por fuera así que podría ser necesario darles la vuelta una vez mientras se cocinan.
- Cuando se puedan tocar los tomates y el ajo, pelar y meterlos en una licuadora o procesador de alimentos con la sal. Poner en marcha la licuadora y verter el aceite lentamente. Mojar el pan con el vinagre y añadirlo con el diente de ajo crudo y chili a la licuadora. Finalmente añadir las almendras y avellanas y procesar pero no demasiado porque la salsa debería retener un poco de textura. Probar y ajustar sal y vinagre al gusto. Si quieres una salsa menos espesa, añadir más aceite.
- Una vez que los puerros estén negros por fuera, retirarlos y envolverlos en papel de diario para terminar de cocinar al vapor y enfriarse un poco. Cuando los puedes tocar, retirar la piel negra y cortar por la mitad de arriba a bajo. Comer con los manos o cortar en trozos y mojar en la salsa.
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