El salmorejo es el primo pícaro del gazpacho. Las dos sopas tienen su origen en Andalucía, pero aunque el gazpacho es bien conocido fuera de España, el salmorejo aún no ha ganado mucha fama más alla de sus fronteras. Es una lástima porque es más espeso, apetitoso y profundo en sabor que su célebre primo y es mucho más delicioso (en mi opinión). Mientras que el gazpacho es una combinación de tomate, pimiento, pepino, pan, aceite de oliva y vinagre; el salmorejo es más sencillo y consiste en sólo tomate, pan, aceite de oliva, ajo y vinagre.
Como en todas las recetas donde los ingredientes están crudos, la calidad de los ingredientes que eliges es lo más importante y marcará la diferencia entre un salmorejo exceptional y uno mediocre. Elíge los tomates más maduros y un aceite de oliva virgen, de buena calidad, que tenga un sabor suave. Algunos aceites de oliva tienen bastante sabor a pimiento y en este plato serían demasiado fuertes para el equilibrio de sabores delicados. Así que es una buena idea probar tu aceite de oliva antes.
El salmorejo preparado al estilo tradicional es muy espeso, a veces parece más a una salsa para untar que una sopa. Puedes ajustar la consistencia a tu gusto: si te parece demasiado espeso puedes añadir un poco más de aceite de oliva o agua, si te parece demasiado aguado (probablemente no será el caso) puedes añadir un poco más de pan. Tradicionalmente el salmorejo lleva huevo duro y jamón serrano de decoración, pero existen variaciónes y no hay reglas fijas. He hecho el mío vegetariano reemplazando el jamón por pimiento morrón. Disfruta de esta sopa para almorzar en un día caluroso de verano o de aperitivo para una cena deliciosa.
Salmorejo
Ingredientes
- 1 kilo de tomates pelados y sin semillas
- 200 gramos de pan blanco de ayer a trozos
- 1 diente de ajo aplastado
- 250 ml de aceite de oliva
- 5 cucharaditas de vinagre de jerez ajustar al gusto
- 3 cucharaditas de sal ajustar al gusto
- 2 huevos duros picados (opcional)
- Pimiento morrón picado
Instrucciones
- Poner los tomates y el ajo en una licuadora y batir hasta que quede líquido. Empezar a añadir el pan poco a poco sin parar la licuadora. Añadir el aceite, vinagre y sal sin parar la licuadora y luego añadir el pan restante. La sopa debería ser extremadamente espesa, pero se puede ajustar la consistencia al gusto con un poco más de aceite de oliva o agua. Enfriar la sopa en la nevera y servir decorada con huevo duro y pimiento morrón y con un trozo de pan al lado para mojar.
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