Mojar los anacardos en agua caliente hasta que estén blandos – unos 30 minutos. Precalentar el horno a 200°C. Calentar una sartén pequeña a fuego medio y añadir el aceite y la cebolla. Pochar lentamente, a media cocción añadir el tomillo y sal y pimienta al gusto. Seguir pochando hasta que las cebollas estén translúcidas, retirar del fuego y reservar.

Mientras se pochan las cebollas, preparar la crema de anacardo combinando los anacardos, caldo de verduras, levadura nutricional y ½ cucharadita de sal en un procesador de alimentos o licuadora hasta formar una salsa. Reservar.

Pelar y cortar la calabaza a tiras muy finas. Si tienes una mandolina, estoy celosa – úsala. Sino, usa un cuchillo afilado. Pelar y cortar las peras a tiras finas. En un recipiente para hornear de aproximadamente 23 x 15 x 5 cm montar el plato a capas: primero la cebolla, luego la calabaza y finalmente la pera. Repetir las capas en orden hasta llenar el recipiente. Después completar anegando con la salsa de anacardos, inclinando el recipiente para que llegue a todos los rincones.

Cubrir con papel de plata y hornear de 45 a 60 minutos, hasta que la calabaza esté en su punto. Mezclar el pan rayado con las 2 cucharadas de levadura nutricional restantes. Retirar el papel de plata y esparcir la mezcla de pan rayado y levadura. Gratinar durante unos minutos, sin perder de vista. Retirar del horno y dejar reposar durante 10 minutos. Servir salpicado con el perejil para adornar.