Calentar al aceite en una olla a fuego medio-alto. Espolvorear la harina y freír, removiendo constantemente, hasta que el sabor de la harina haya desaparecido – unos 2 o 3 minutos. Añadir lentamente el caldo de verduras, removiendo constantemente para evitar grumos y luego añadir la salsa de soja, cebolla en polvo, ajo en polvo, sal y pimienta. Llevar a ebullición y bajar a fuego medio-bajo. Dejar hervir a fuego bajo hasta que tenga el espesor que deseas; no te olvides de que la salsa seguirá espesándose después de retirarla del fuego. Mezclar el agua tibia y el miso en un vaso. Retirar la salsa del fuego y añadir el miso. Reservar.

Mezclar los arándanos congelados, azúcar y agua en una olla pequeña. Cocinar a fuego medio hasta que los arándanos estén blandos y se rompan. Aplastarlos un poco con una cucharada y seguir cocinando hasta que la salsa tenga la consistencia que deseas. Acuérdate de que la salsa seguirá espesándose después de retirarla del fuego. Reservar.

Escurrir y presionar el tofu. Cortar en trozos de 1.5 cm de ancho.

En un bol pequeño mezclar la harina de garbanzo y todas las hierbas y especias. Poner la leche vegetal en otro bol.

Calentar 2 cm de aceite en una sartén. Suelo probar la temperatura de mi aceite con un palito chino de madera. Cuando se formen burbujas alrededor del palito, el aceite esta caliente.

Trabajar en tandas para no sobrecargar la sartén, rebozar cada trozo de tofu primero en harina, luego leche y finalmente otra capa de harina. Sacudir los trozos para retirar el exceso de harina. Freír hasta dorar – unos 2 minutos, luego voltear y freír el otro lado hasta dorar. Retirar de la sartén y dejar reposar en un plato cubierto de papel de cocina para escurrir el aceite. Si lo deseas, cortar el tofu para revelar el interior blanco más parecido al pavo.

Montar los bocadillos con pan o un bollo, una cucharada de salsa de arándano, pavo de tofu y una cucharada de salsa gravy. Se puede servir caliente o frío.